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Gabriel Massuh Isaías: 5 frutas que se consumen en Chile y que no se pueden cultivar aquí

  • Viernes 1 de diciembre de 2023
  • 10:43 hrs

El dueño y fundador de Bagno menciona algunas frutas que suelen ser comercializadas en nuestro país, pero que por razones climáticas, deben ser importadas.

¿Te gustan las frutas exóticas? Si eres de los que disfrutan de probar sabores nuevos y diferentes, quizás te interese saber que hay algunas frutas que no se pueden cultivar en Chile, pero que sí se pueden encontrar en el mercado o en algunas tiendas especializadas.

Estas frutas provienen de otros países o regiones con climas y condiciones distintas a las de nuestro territorio, y por eso no se adaptan a nuestra agricultura. Sin embargo, eso no impide que podamos degustarlas y aprovechar sus beneficios nutricionales y propiedades medicinales.

“Las frutas exóticas tienen muchos beneficios para nuestra salud, ya que son ricas en vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, que nos ayudan a prevenir y combatir diversas enfermedades. Algunas de las frutas exóticas que podemos encontrar en Chile son el mango, la banana, la granada, el coco y el maracuyá, entre otras”, señala Gabriel Massuh Isaías, fundador de Bagno, empresa importadora de frutas tropicales en Chile.

A continuación, el empresario presenta cinco frutas que no se cultivan en Chile, pero que sí se consumen bastante.

Mango

Esta fruta tropical es originaria de Asia, y se caracteriza por su pulpa dulce y jugosa, y su piel de color amarillo, naranja o rojo. El mango es rico en vitamina C, fibra, potasio y antioxidantes, y se puede comer fresco, en jugos, ensaladas, postres o salsas.

Se cultiva principalmente en países como India, China, Tailandia, México y Brasil, y se importa a Chile desde estos lugares. El mango es una fruta de verano, y se puede encontrar en el mercado entre diciembre y marzo.

¿Por qué no se puede cultivar en nuestro país?: “Este fruto requiere de un clima cálido y húmedo, con temperaturas medias superiores a los 20 °C y precipitaciones anuales entre 1000 y 2000 mm. Chile tiene un clima mediterráneo en la zona central, con veranos secos e inviernos lluviosos, y un clima desértico en el norte, con escasas precipitaciones y temperaturas extremas. Esto impide su cultivo”, explica Massuh.

Plátano

El plátano, también conocido como banana, es una fruta tropical que proviene de una planta herbácea originaria de África y Asia. La banana tiene una forma alargada y curva, y una piel de color verde, amarillo o rojo, según su grado de madurez.

La pulpa es blanca, cremosa y dulce, y se puede comer cruda, cocida, frita, asada o en puré. Es una excelente fuente de energía, potasio, magnesio, vitamina B6 y fibra, y se puede consumir en cualquier momento del día.

Se suele cultivar en países como Ecuador, Colombia, Costa Rica, Brasil y Perú, y se importa a Chile desde estos lugares. Es una fruta que se puede encontrar todo el año en el mercado.

No se puede cultivar en Chile por razones similares a las del mango, ya que precisa de temperaturas medias que rondan los 24° y 30°C y lluvias que exceden el promedio anual chileno.

Granada

La granada es una fruta que proviene de un árbol originario de Asia occidental, y se caracteriza por su forma redonda y su piel de color rojo o amarillo. La granada tiene en su interior cientos de semillas rodeadas de una pulpa roja, dulce y ácida, que se pueden comer solas o en zumos, ensaladas, postres o salsas.

Es rica en vitamina C, ácido fólico, hierro y antioxidantes, y tiene propiedades antiinflamatorias, antivirales y anticancerígenas. La granada se cultiva en países como Irán, Turquía, España, Estados Unidos y China, y se importa a Chile desde estos lugares. La granada es una fruta de otoño, y se puede encontrar en el mercado entre septiembre y diciembre.

No se puede cultivar en Chile porque requiere de un clima templado o subtropical, con veranos calurosos e inviernos fríos y una estación seca bien definida.

Maracuyá

El maracuyá, también conocido como fruta de la pasión, es una fruta que proviene de una planta trepadora originaria de América tropical, y se caracteriza por su forma ovalada y su piel de color amarillo, naranja o morado. Tiene en su interior una pulpa amarilla, jugosa y ácida, con numerosas semillas negras, que se pueden comer con una cuchara, en jugos, ensaladas, postres o salsas.

Es rico en vitamina C, vitamina A, hierro y fibra, y tiene propiedades calmantes, digestivas y antiinflamatorias. Se cultiva en países como Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela, y se importa a Chile desde estos lugares. El maracuyá es una fruta que se puede encontrar todo el año en el mercado.

“Este fruto requiere de un clima tropical o subtropical, con temperaturas medias entre 18 y 30 °C y precipitaciones anuales entre 800 y 1500 mm, además de una exposición al sol de al menos 6 horas al día”, manifiesta Gabriel Massuh respecto a la imposibilidad de cultivarlo en Chile.

Coco

Es una fruta que proviene de una palmera originaria de Asia y Oceanía, y se caracteriza por su forma redonda y su piel de color marrón, con una textura fibrosa y dura. El coco tiene en su interior una pulpa blanca, carnosa y dulce, y un líquido transparente y refrescante, llamado agua de coco.

El coco es rico en grasas saludables, fibra, potasio, magnesio y hierro, y tiene propiedades hidratantes, energizantes y antibacterianas. Se puede comer fresco, rallado, en leche, en aceite, en harina, en copos o en dulces.

Se cultiva en países como Indonesia, Filipinas, India, Brasil y Tailandia, y se importa a Chile desde estos lugares. El coco es una fruta que se puede encontrar todo el año en el mercado.

Según explica Massuh Isaías, el coco no se puede cultivar en Chile porque necesita de condiciones similares a las de los frutos mencionados anteriormente, con temperaturas medias entre 25 y 30 °C, precipitaciones anuales entre 1500 y 2500 mm y una altitud no mayor a 600 metros sobre el nivel del mar.

Estas son solo algunas de las frutas exóticas que podemos encontrar en Chile, pero hay muchas más que vale la pena conocer y probar. Las frutas exóticas nos ofrecen una oportunidad de ampliar nuestro horizonte gastronómico, de nutrir nuestro organismo y de apreciar la diversidad de la naturaleza.